En el año 2002 comenzó en Colombia la presidencia de Alvaro Uribe Velez y la política de Seguridad Democrática. Esta política consistió en recuperar el control territorial de algunas zonas del país, las cuales estaban en manos de los grupos armados. El objetivo del Gobierno era fortalecer las Fuerzas Armadas y llevar a cabo acciones bélicas contra dichas organizaciones.
Durante la ejecución de esta política, se ofrecieron recompensas monetarias por cada homicidio presentado como baja en combate por miembros de la fuerza pública. “Es decir: se exigían muertes de guerrilleros como prueba de efectividad al Ejército colombiano y, además, se les incentivaba con recompensas monetarias”(6,402 «falsos positivos» en Colombia, s. f.)
El problema de esta política gubernamental, fue que dicho incentivo generó una matanza a gran escala de civiles inocentes, principalmente jóvenes de bajos recursos y campesinos, para disfrazarlos como guerrilleros. Los miembros de la fuerza pública montaban “escenas de combate” y presentaban los cadáveres como bajas producidas en enfrentamiento.
De ahí la expresión “falso positivo”, la cual se hizo común en Colombia para hablar de inocentes asesinados que fueron disfrazados de subversivos por los militares.
"Se exigían muertes de guerrilleros como prueba de efectividad al Ejército colombiano y, además, se les incentivaba con recompensas monetarias”.
En 1947 se descubrieron los rollos del mar Muerto. Los arqueólogos ofrecieron recompensas a las personas que encontraran nuevos pergaminos. Este pago de recompensa llevó a que se desgarraran los pergaminos para poder elevar su número(Dobelli, 2016).
Algo similar ocurrió en China durante el siglo XIX. Al Gobierno se le ocurrió ofrecer una recompensa económica por cada hueso de dinosaurio encontrado. El resultado fue que los campesinos desenterraron esqueletos completos de dinosaurio y los vendían por partes para obtener más dinero(ibid., 2016). ¿Cuál es el patrón común en todos estos casos? La tendencia incentivo – superrespuesta.
Ante el ofrecimiento de incentivos económicos por un cierto resultado, la mayoría de las personas actuarán según sus propios intereses. Más aún, inventarán estratagemas para obtener la recompensa económica de forma constante, haciéndole trampa al sistema.
Los incentivos dirigen el comportamiento humano. Si usted comprende los incentivos, tiene en su poder la clave para entender a la gente. En cambio, no reconocer su importancia, puede llevarlo a tomar malas decisiones.
Las personas actúan por una motivación. Sin embargo, no siempre se actúa por un aliciente económico. El reconocimiento público, el amor hacia la familia o la pareja, la religión, etc., son incentivos poderosos que también dirigen la conducta.
Con los incentivos económicos se debe tener especial cuidado. Quien propone los incentivos, tiene un propósito muy distinto de aquellos que los reciben. La gente reacciona a los incentivos económicos, pero no al propósito que hay detrás. Es difícil saber hasta dónde están las personas dispuestas a cometer un delito, con tal de conseguir el dinero de forma fácil.
Practique este consejo en la vida diaria: revise siempre los productos que le publiciten o los servicios que le ofrezcan, porque detrás de todas esas recomendaciones, casi siempre hay un interés económico oculto.
Haga esta prueba: pregúntele a un estilista si usted necesita un corte de pelo. No es nada difícil adivinar lo que le va a decir.
Dobelli, R. (2016). El arte de pensar: 52 errores de lógica que es mejor dejar que cometan otros. Penguin Random House Grupo Editorial España.
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Si un árbol cae en un bosque solitario y no hay nadie allí para escucharlo, ¿hace algún sonido?
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